Una dieta antiviral es una forma de mejorar la inmunidad del cuerpo y reducir el riesgo de infección, principalmente contra un fondo viral, pero también contra bacterias u hongos. Hoy en día, una gran parte de la población tiene problemas para mantener una alta inmunidad. Los estilos de vida poco saludables y la nutrición inadecuada contribuyen a debilitar la capacidad natural del cuerpo para bloquear los patógenos e inhibir su desarrollo si logran entrar en el sistema. Una dieta antiviral, mediante el uso de grandes cantidades de alimentos con propiedades inmunoestimulantes, contribuirá a mejorar la inmunidad dañada y a reducir la susceptibilidad a las infecciones. Nos ayudará a protegernos mejor contra la gripe, las infecciones parecidas a la gripe y el recientemente paralizante coronavirus (Covid-19), que ha estado paralizando nuestra civilización. ¡Lee el artículo y descubre cómo componer un menú para fortalecer tu cuerpo y no enfermarte!
Lista de artículos
- 1 ¿Por qué nos enfermamos más a menudo en otoño e invierno?
- 2 Infecciones virales y bacterianas, ¿cuáles son las diferencias entre ellas y los síntomas básicos?
- 3 ¿Cómo te proteges de las infecciones?
- 4 La dieta antiviral como base para la prevención contra los patógenos
- 5 Dieta antiviral: principios, ¿qué comer y qué evitar?
- 6 Dieta anti-virus – menú (ejemplo de menú de 4 días)
Con la llegada de la estación de otoño-invierno, la incidencia de infecciones respiratorias, resfriados, gripe e infecciones similares a la gripe en la sociedad aumenta. La baja temperatura ambiente, el fuerte viento y las precipitaciones son condiciones desfavorables para nosotros, lo que conduce a un frecuente estado de frío, que a su vez debilita nuestra inmunidad y aumenta nuestra susceptibilidad a los patógenos dañinos.
Otros factores que contribuyen al aumento de la morbilidad en otoño e invierno son: el aumento de la actividad estacional de muchos tipos de virus y microorganismos, nuestra dieta – mucho más pobre en verduras y frutas que en verano y una exposición mucho menos frecuente al sol y, como sabemos, los rayos solares estimulan la producción de vitamina D importante para nuestra inmunidad.
Todo esto hace que sea mucho más fácil contraer un resfriado y una gripe en otoño e invierno, y para la mayoría de nosotros es estándar contraer infecciones de las vías respiratorias al menos una o dos veces al año. Sin embargo, no todas las infecciones son iguales. Las infecciones se dividen en las de origen viral y las de origen bacteriano. ¿Qué son ambas cosas?
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Aunque las infecciones virales y bacterianas son similares entre sí, hay algunas diferencias entre ellas, así que puedes ver con cuál estás tratando.
Las infecciones virales empiezan bastante rápido, y en sólo unas pocas o una docena de horas podemos pasar de sentirnos bien y completamente sin síntomas a sentirnos mal y mostrar muchos síntomas en alta intensidad. Las infecciones virales suelen ir acompañadas de fiebre subfebril o moderada, descomposición y debilidad grave.
Una infección viral suele durar una semana. En este tipo de infección no se utilizan antibióticos, sino sólo antiinflamatorios, antipiréticos, analgésicos, expectorantes, rinitis y medicamentos para reducir la tos.
Los síntomas más comunes de las infecciones virales:
- una persistente sensación de cansancio, de debilidad,
- mal humor,
- …la ruptura,
- temperatura elevada,
- escalofríos,
- dolores musculares, óseos y articulares,
- dolores de cabeza,
- rinitis acuosa,
- una tos seca,
- Un dolor de garganta,
- sin apetito.
Las infecciones bacterianas no suelen tener una aparición rápida, sino que se desarrollan a un ritmo más lento. Gradualmente, nuestro humor se deteriora y los síntomas individuales se intensifican día a día. En las infecciones bacterianas suele haber fiebre alta, así como un alto grado de debilidad, somnolencia constante y dolencias del tracto digestivo. Una infección bacteriana, a diferencia de una infección viral, puede ser tratada con antibióticos.
Los síntomas más comunes de las infecciones bacterianas:
- fiebre alta,
- fatiga, apatía,
- una rinitis densa y pobre en moco,
- Tos húmeda molesta, cantidad significativa de secreción expectorante,
- Falta de aliento,
- una garganta fuertemente enrojecida y dolorida, a menudo con incursiones blancas y purulentas,
- dolores de estómago,
- Náuseas, diarrea.
¿Cómo te proteges de las infecciones?
El coronavirus, el virus de la gripe, los canalones, los adenovirus – estos y otros patógenos atacan a cientos de personas cada día, causando síntomas molestos con fiebre, resfriado y tos en primer plano. La mayoría de las infecciones afectan a las vías respiratorias superiores, desde los senos y la nariz hasta la garganta y la laringe. Sin embargo, a veces la infección se desarrolla y comienza a ocupar más tramos del sistema respiratorio – los bronquios y los pulmones, lo que supone una pesada carga para el cuerpo y un mayor riesgo de complicaciones más graves para la salud.
A fin de detener la infección en el embrión y evitar complicaciones peligrosas de la infección de las vías respiratorias, es muy importante iniciar el tratamiento (por ejemplo, administrando medicamentos antiinflamatorios y antipiréticos) ya cuando aparecen los primeros síntomas.
También es importante prevenir y desarrollar la inmunidad diariamente de forma natural, entre otras cosas mediante una nutrición adecuada, lo que nos ayudará no sólo a transmitir todas las infecciones con mayor facilidad y suavidad, sino también a reforzar en general la barrera de defensa del cuerpo contra los patógenos y a reducir el riesgo de infecciones.
Una dieta antiviral o una dieta antiviral no es más que una implementación permanente de una dieta rica en alimentos, que sirve para fortalecer nuestro sistema inmunológico, construir un bloqueo contra los patógenos y mejorar la capacidad del cuerpo para inactivar los patógenos cuando entran en el sistema.
Una de las tareas del sistema inmunológico es atrapar virus, bacterias y otros microorganismos dañinos e impedir que penetren en las células. Cuando nuestro sistema inmunológico está en buena forma, es capaz de reconocer eficientemente los patógenos y enviar inmediatamente una respuesta inmunológica, que resulta en la absorción y aniquilación de los patógenos.
La respuesta inmunológica y la captura y eliminación de los patógenos son responsabilidad de las células inmunológicas como los macrófagos, los neutrófilos y los linfocitos y las proteínas especiales, incluidos los anticuerpos y las citoquinas.
Hay toda una gama de productos alimenticios, así como hierbas y plantas medicinales utilizadas, por ejemplo, en suplementos dietéticos, que apoyan el sistema inmunológico fortaleciendo los mecanismos inmunológicos y estimulando la actividad de las células inmunes, las citoquinas y los anticuerpos. Muchos de estos productos también tienen un efecto estimulante en la eliminación de toxinas del cuerpo, lo que también se traduce en una mejora de la inmunidad. ¿Qué son estos productos? ¿Cómo componer una dieta contra los virus y otros patógenos?
El principio clave de una dieta antiviral es basar la dieta en alimentos lo más naturales posible, caracterizados por un bajo o nulo procesamiento, evitando al mismo tiempo los alimentos procesados. Necesitamos saber que todos los alimentos procesados (incluidos los platos preparados, las sopas y las salsas instantáneas, la comida rápida, los dulces, los aperitivos salados, los alimentos enlatados y los productos semiacabados) carecen casi por completo de valor nutritivo, pero contienen muchas sustancias artificiales y poco saludables. Aparte de la satisfacción temporal del hambre, no nos aporta ningún beneficio o incluso nos perjudica.
En una dieta antiviral componemos un menú basado en productos alimenticios como:
- verduras (por ejemplo, remolacha, puerro, ajo, cebolla, legumbres, apio, espinacas, col rizada, brócoli, pimienta, rábano picante, perejil, col, lechuga, zanahoria, coles de Bruselas),
- fuentes de proteínas saludables (lácteos, huevos, carne magra, pescado, algas como la clorela y la espirulina),
- pan integral y pan de harina integral,
- …de las gordas,
- Ondas,
- pasta hecha de cereales de grano entero,
- productos encurtidos,
- productos lácteos fermentados,
- aceites vegetales,
- frijoles y nueces,
- copos de cereales, brotes, gérmenes de cereales,
- fruta (por ejemplo, grosella, frambuesa, fresa, melocotón, ciruela, cítricos, grosella, kiwi, manzana),
- especias y hierbas (por ejemplo, jengibre, cúrcuma, albahaca, orégano, canela, caléndula, salvia, ortiga).
Qué componentes de los alimentos deben ser especialmente importantes al componer una dieta antiviral y de mejora de la inmunidad:
- Vitamina A (en grandes cantidades presente, entre otros, en: tomates, zanahorias, pimientos, espinacas, lechuga, brócoli, perejil, col rizada, agua embotellada, pomelos, naranjas, cerezas, ciruelas, melocotones, hígado, mantequilla, crema, leche, huevos),
- Vitamina E (presente en: avena, salvado, pan integral, grañones, semillas y pepitas, almendras, brotes, leche, verduras verdes, aceites vegetales),
- Vitamina C (presente en grandes cantidades en: cítricos, pimentón, grosellas negras, rosa silvestre, fresas, kiwi, col rizada, coles de Bruselas, perejil, tomates),
- Vitamina D (sus fuentes son: pescado de mar, yema de huevo, hígado, mantequilla, queso amarillo),
- Zinc (presente, entre otros, en semillas de calabaza, semillas de girasol, carne y despojos, sésamo, huevos),
- Selenio (buenas fuentes: pescado, por ejemplo, atún, salmón, huevos, carne de ave, trigo, setas, nueces de Brasil, arroz, productos de grano entero, ajo),
- hierro (las mejores fuentes son: hígado, carne, cacao, yemas de huevo, frijoles, perejil, brócoli, espinacas, remolacha, albaricoques, ciruelas, salvado de trigo, alforfón, nueces, caballa, arenque),
- Azufre (las mejores fuentes son: cebolla, puerro, ajo, brócoli, coliflor, rábano picante, rábano, berro, nabo, carne, despojos, leche, huevos),
- probióticos (la mejor fuente son los productos lácteos fermentados como el suero de leche, el kéfir, el yogur, la leche cuajada, así como los pepinos encurtidos, el chucrut, el ácido del pan, la leche de soja y el tofu),
- Ácidos omega 3 (presentes en el pescado, aceites de pescado, mariscos, piedras, semillas, chia, aceites vegetales, semillas de lino),
- beta-glucanos (presentes en copos de avena, copos de centeno, copos de cebada, trigo, avena y salvado de centeno, grañones de cebada, hongos de tocino, levaduras),
- antioxidantes (las mejores fuentes: grosellas, saúco, bayas, grosellas, fresas, cerezas, frambuesas, granadas, albaricoques, pomelos, naranjas, aguacates, calabazas, pimientos, verduras verdes, apio, brócoli, tomates, legumbres, té verde, cacao, yerba mate, hibisco, judías, nueces, aceite).
Para reforzar la barrera natural contra los virus y las bacterias, debemos cuidarnos de comer regularmente comidas sanas y valiosas y limitar los alimentos artificiales y poco saludables que envenenan el cuerpo, bloquean el metabolismo y debilitan la inmunidad en la medida de lo posible.
Lo mejor es comer unas 4 ó 5 comidas al día, asegurándose de que cada una de ellas contenga verduras y frutas, la mayoría productos de cereales integrales, productos proteínicos y fuentes de tipos de grasas saludables (por ejemplo, nueces, granos, aceites vegetales, aceite de coco).
En el menú diario, también vale la pena buscar a menudo los mecanismos inmunológicos estimulantes de la miel, así como hierbas con inmunoestimulantes y estimulantes de la secreción de sustancias antivirales en el cuerpo, tales como: la flor de conífera púrpura, el ginseng, el merengue negro, la almendra membranosa, la acerola, la rosa silvestre, el aloe.
Las hierbas o suplementos que estimulan la desintoxicación del cuerpo (por ejemplo, violeta tricolor, ortiga, diente de león o el preparado Spirulin Plus ya preparado) también serán útiles para fortalecer la inmunidad.
Un ejemplo de una dieta en una dieta antiviral:
Día 1
- Desayuno: rica avena, consistente en una mezcla de copos de cereales (por ejemplo, avena, cebada, centeno), pasas, arándanos, nueces, semillas chia con leche entera y miel
- 2 desayunos: graham con pasta de aguacate, un vaso de jugo de naranja
- Cena: sopa de crema hecha de brócoli y guisantes verdes, ñames asados con salmón ahumado, hierbas (eneldo, cebollino, orégano, albahaca) y queso mozzarella.
- Té: yogur con chips de coco y melocotón, un vaso de jugo de saúco o de arándano.
- Cena: sándwiches de pan integral con mantequilla, solomillo de pollo, lechuga, brotes, rábano, tomate…
Día 2
- Desayuno: pan integral tostado con huevo y queso amarillo, pomelo
- 2 desayunos: requesón con nabo negro rallado, pepino verde y semillas chia, té verde
- Cena: Botella ucraniana o borscht, arroz integral, lentejas, maíz, setas, tomates y pechuga de pavo con jengibre, curry y cúrcuma.
- Té: pasteles de calabacín untados con hummus
- Cena: gelatina de pollo, pimienta, lechuga, tomate, rebanada de pan integral.
Día 3
- Desayuno: avena en yogur con plátanos, cacao, miel y canela.
- 2 desayunos: cóctel de verduras y frutas con salvado
- Cena: albóndigas de ave en salsa de rábano picante e hinojo, además de pasta integral, zanahoria y ensalada de apio.
- Té: tortilla con frutas rojas y moradas (por ejemplo, frambuesas, moras, arándanos, fresas, cerezas, ciruelas) y yogur.
- Cena: sándwiches de pan de centeno con masa madre con requesón y pasta de caballa o pasta de verduras, más una ensalada ligera de pepino encurtido, rábanos, pimientos, cebollinos
Día 4
- Desayuno: pan integral tostado con hojas de espinaca fresca, huevo frito, tomate, espolvoreado con semillas de girasol tostadas.
- 2 desayunos: ensalada con atún, maíz, garbanzos, arroz, pimienta, pepino en escabeche, puerro, perejil y un poco de mayonesa.
- Cena: sopa de crema de calabaza y manzana con jengibre, sémola de trigo sarraceno, hígado de ave, ensalada de remolacha con cebolla sazonada con aceite y jugo de limón.
- Té: cóctel de kéfir y frutas (por ejemplo, fresas, mangos, arándanos)
- Cena: pimiento, tomate, cebolla, calabacín y pechuga de pollo curativo
Fuentes:
https://www.medicalnewstoday.com/articles/322412
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31426423/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23688939/
https://www.healthline.com/nutrition/how-to-boost-immune-health
https://www.healthline.com/health/cold-flu/immune-boosting-tips-to-prep-for-winter